Prólogo
Desde siempre, el deseo de volar ha estado presente en el hombre como ser racional que observa y analiza su entorno. Quien sabe si quizás, en los comienzos de nuestra especie, los que ahora llamamos trogloditas, viendo el hermoso vuelo de las aves quisieran poderse sentir tan libres como éstas. Ya fuera por el deseo de poder escapar de todo peligro que acechace en la tierra, o fuera por algo más, algo que sólo se puede explicar sintiendolo uno mismo.
Desde luego es pura libertad, con ciertas restricciones ciertamente en la actualidad, lo que se siente al elevarse si quiera unos pocos metros del suelo. Y fue precisamente este primitivo y tan ansiado deseo, el que motivó al hombre a intentar una y otra vez con paso errante a imitar a las aves del cielo, algunas veces con un pequeños avances y otras no tanto hasta que lo consiguió.
Fueron muchos los hombres que aportaron su vida y su conocimiento para que ello se lograse y otros tantos los que ayudaron para que ese mundo aeronáutico tan primitivo evolucionase a pasos de gigantes, aunque tambien es cierto, que como ya se sabe y para desgracia de la humanidad, las guerras son potentes impulsores de la investigación y la tecnología, y este mundo lo vivió en sus carnes con las dos guerras mundiales que se sucedieron en la infancia de la aviación.
Tanto de manera pacífica, como de una manera bélica, este mundo evolucionó de una manera fugaz y tanto es así, que en tan sólo habiendo pasado dos siglos desde el primer vuelo con motor , la aviación ya puede presumir de tener una bonita y gran historia.
Por mi parte intentaré acercar este maravilloso mundo, desde mi limitado conocimiento a todos aquellos que quieran descubrir y conocer las proezas de la aviación.
